La integridad, la dignidad y la autonomía, son tres valores que van inherentes a la persona y que todos tenemos el derecho de poder disfrutar.
Esto que a priori, parece algo muy habitual y rutinario, no lo es para aquellas personas que ven sus capacidades mermadas. Esta merma de las capacidades, tanto físicas como psicológicas, hace que las personas que las padecen vean, entre otras cosas, como su autonomía personal se ve afectada.
Las actividades diarias y el poder relacionarse con el resto de las personas puede verse afectado, hecho que incide directamente en la autoestima, capacidad que también se ve mermada. Y es que, buscar la autonomía de personas con discapacidad es una cuestión de derechos humanos con lo que, frente a esto, hay que propiciar y potenciar que las personas con algún tipo de discapacidad mantengan el máximo grado de autonomía personal
Esto que a priori, parece algo muy habitual y rutinario, no lo es para aquellas personas que ven sus capacidades mermadas. Esta merma de las capacidades, tanto físicas como psicológicas, hace que las personas que las padecen vean, entre otras cosas, como su autonomía personal se ve afectada.
Las actividades diarias y el poder relacionarse con el resto de las personas puede verse afectado, hecho que incide directamente en la autoestima, capacidad que también se ve mermada. Y es que, buscar la autonomía de personas con discapacidad es una cuestión de derechos humanos con lo que, frente a esto, hay que propiciar y potenciar que las personas con algún tipo de discapacidad mantengan el máximo grado de autonomía personal
Consejos para incrementar la autonomía personal
Antes de entrar en materia sobre cómo mejorar la autonomía, hay que entender que es ésta en todas sus facetas. La autonomía de una persona no sólo se limita al hecho de realizar actividades o relacionarse con los demás. La autonomía también engloba las capacidades de pensar y de decidir por uno mismo, es decir, tomar decisiones propias respetadas por los demás.
Si se quiere incrementar la autonomía de las personas discapacitadas hay que crear estrategias que engloben todo los campos de actuación. Para ello hay que actuar en dos vías: en las propias personas discapacitadas, y en la sociedad en general.
Empezaremos hablando de las personas con discapacidad. Hay que hacerles ver que sí que puede realizar todo lo que se propongan. Para ello hay que motivar y alentar a que realicen acciones y superen retos, ya que ello incidirá en una mayor autoestima y unas ganas de superarse mayores. Hacer que trabajen su cuerpo y su mente también ayudará a que puedan superar mayores obstáculos y vivir con mayor normalidad.
En el caso de la sociedad en general, lo primero que hay que hacer es dejar caer la venda de los ojos de que una persona discapacitada no es capaz para realizar ciertas acciones. Esa negativa hace que, en muchas ocasiones, se realicen las tareas propias de las personas con discapacidad para que ellas no tengan que enfrentarse a ello. Esto, lo que provoca, es una merma de la autoestima, además de ser una excusa para que la otra persona en cuestión se esfuerce en realizar actividades. Otro consejo para ayudar es no plasmar expectativas muy altas y, sobre todo, no comunicar dichas expectativas a las personas con discapacidad, ya que es un peso innecesario que sostener. Por último, se aconseja plantear pequeños retos fáciles de conseguir para empezar a trabajar en la mejora de la autoestima, y por ende, en una mayor autonomía personal.
Antes de entrar en materia sobre cómo mejorar la autonomía, hay que entender que es ésta en todas sus facetas. La autonomía de una persona no sólo se limita al hecho de realizar actividades o relacionarse con los demás. La autonomía también engloba las capacidades de pensar y de decidir por uno mismo, es decir, tomar decisiones propias respetadas por los demás.
Si se quiere incrementar la autonomía de las personas discapacitadas hay que crear estrategias que engloben todo los campos de actuación. Para ello hay que actuar en dos vías: en las propias personas discapacitadas, y en la sociedad en general.
Empezaremos hablando de las personas con discapacidad. Hay que hacerles ver que sí que puede realizar todo lo que se propongan. Para ello hay que motivar y alentar a que realicen acciones y superen retos, ya que ello incidirá en una mayor autoestima y unas ganas de superarse mayores. Hacer que trabajen su cuerpo y su mente también ayudará a que puedan superar mayores obstáculos y vivir con mayor normalidad.
En el caso de la sociedad en general, lo primero que hay que hacer es dejar caer la venda de los ojos de que una persona discapacitada no es capaz para realizar ciertas acciones. Esa negativa hace que, en muchas ocasiones, se realicen las tareas propias de las personas con discapacidad para que ellas no tengan que enfrentarse a ello. Esto, lo que provoca, es una merma de la autoestima, además de ser una excusa para que la otra persona en cuestión se esfuerce en realizar actividades. Otro consejo para ayudar es no plasmar expectativas muy altas y, sobre todo, no comunicar dichas expectativas a las personas con discapacidad, ya que es un peso innecesario que sostener. Por último, se aconseja plantear pequeños retos fáciles de conseguir para empezar a trabajar en la mejora de la autoestima, y por ende, en una mayor autonomía personal.